El veterinario no sólo se constituye como una figura clave para llevar a cabo un uso responsable de los antibióticos, sino que además es esencial para conseguir que los propietarios de animales de compañía también realicen un uso racional, con el fin de evitar el grave problema de las resistencias que acecha al mundo entero.
En la práctica diaria, los médicos veterinarios se ven en la necesidad de recomendar y formular fármacos para el tratamiento de las enfermedades en los animales. La terapia de las patologías en las especies de consumo (bovino, cerdo, y aves), genera riesgos importantes para la salud pública debido a la posibilidad de crear resistencias de las bacterias a los antibióticos, especialmente de aquellos microorganismos comunes a ambas especies, humana y animal. Además, existe el riesgo de afectación de la salud del hombre por la posibilidad de contaminación de la carne, la leche, los huevos o los subproductos de estos con residuos de fármacos.