Las autoridades chinas han ordenado que tres millones y medio de residentes del distrito más poblado de Pekín se sometan a pruebas de diagnóstico de la COVID-19, publicó el portal de noticias Democracia Ahora.
La orden provocó el abarrotamiento de las tiendas de comestibles, ya que los residentes temen sufrir las mismas medidas de confinamiento que rigen actualmente en la ciudad de Shanghái, donde unas 25 millones de personas han estado recluidas en sus hogares durante varias semanas.
Otros 30 millones de residentes de otras ciudades chinas también permanecen en confinamiento. China, que está intentando mantener su estrategia de “cero COVID”, registró recientemente sus tasas más altas de propagación comunitaria del coronavirus desde el comienzo de la pandemia.
