La explotación desmedida deja más desigualdades acumulación y concentración de riqueza, en aquellas minorías que acaparan las riquezas en detrimento de las grandes mayorías. Esta situación, evidentemente, está cargada de injusticia social y política, pero también ecológica.
La búsqueda del máximo de beneficios económicos a cualquier precio en este campo, lo está siendo a costa de una tierra finita. Se sobrepasa así su capacidad de sostenibilidad, que empieza a sufrir las consecuencias de ese agotamiento de los recursos, ya sean alimentarios, hídricos, energéticos, etc. Hoy, muchas teorías científicas hablan abiertamente de cómo el cambio climático que ya padecemos, con catástrofes, no es sino, la consecuencia directa de haber sobrepasado esa capacidad del planeta.